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Anny Alejandra Osorio

María Paula Quintero

Fundacoofisam y Coofisam son mi segundo hogar. Gratitud, respeto y admiración para Camilo, el profesor que acompañó mi proceso musical, posibilitando que comprendiera el idioma de este arte y que descubriera la magia que tienen los acordes.”

¡Con la guitarra descubrí mi talento y construí un gran sueño musical!

La vida nos ofrece un sin número de sorpresas, cada día tenemos la oportunidad de soñar, creer y descubrir el talento que llevamos dentro. Soy Anny Alejandra Osorio Barrera, nací en Sogamoso – Boyacá; pasado  un tiempo, junto a mi madre viajamos a Garzón, Huila, el bello municipio donde emprendí grandiosas aventuras que forjaron mi ser. 

Cuando tenía 11 años, deseaba ocupar mi tiempo libre, mis padres me inscribieron en clases de danza, de las cuales desistí rápidamente porque no eran de mi agrado. Posteriormente, pasé a integrar la Escuela de Vida modalidad Música de Fundacoofisam, aquí conocí al formador Camilo Reyes; él abrió las puertas de un mundo desconocido y me ofreció el tiquete para viajar en el vagón de la música. Con Re Mayor inicié este lindo proceso, aquí, por primera vez mis manos recorrieron los acordes de la guitarra, y con la canción Estrellita mi ser apropió el idioma de este arte.

Era genial, la escuela se convirtió en mi segundo hogar, interactuaba con más personas, percibíamos la armonía de cada nota musical y el gran cariño y respeto que tanto Camilo como Lorena nos expresaban a diario. Yo era exigente y dedicada con los aprendizajes, mis padres me obsequiaron una guitarra y me apasioné con ella; di pasos agigantados, al ritmo de la música andina colombiana aprendí a interpretar no solo el bajo y el tiple, sino también el tiple-requinto, guitarra eléctrica y bandola. Representamos a Coofisam en escenarios locales y también participamos en el Encuentro Nacional de Estudiantinas Héctor Cedeño en TuluáValle.

Encaminé mi proyecto de vida hacia el programa académico de Ingeniería Civil, era un área desconocida y compleja, pero las asignaturas artísticas lo mitigaban. No quise perder mi conexión musical, me acerqué a las agrupaciones de la universidad, aquí tuve la opción de hacer lo que me gustaba. En medio de mis trabajos de cálculo me comunicaba con mis amigos de acordes, entre ellos estaba el profesor Camilo, quien me recordaba con frecuencia el potencial musical que había descubierto cuando era niña.

¡Este era el momento indicado! Debía seguir mi anhelo y darle color a mi vida con aquello que me había hecho feliz desde pequeña. Suspendí el semestre de ingeniería, con el apoyo de mi familia y con el acompañamiento del maestro Camilo reorienté mi sueño, ingresé a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas – Bogotá D.C. Aquí la Cooperativa Coofisam me otorgó el Crédito de Educación Superior, dejé emerger la esencia de mi corazón e inicié mi formación profesional como Maestra en Artes Musicales con Énfasis en Bandola Andina.

El brillo y la alegría aumentaron en mi vida, ahora estaba en el sendero indicado, las notas musicales orquestaban mis días y la armonía habitaba en mí. Actualmente curso noveno semestre de esta maravillosa carrera, soy parte de la agrupación la Estudiantina Con – Trastes, y hemos adquirido reconocimientos y becas. Asumí un reto, me postulé en la convocatoria de la Orquesta Filarmónica de Música Colombiana de Bogotá, ¡una bendición llegó a mí, fui seleccionada! Un paso importante en mi profesional porque en la actualidad trabajo en este maravilloso proyecto que tiene el formato de cuerdas andinas.

Tengo un gran cariño por mi academia, siempre estoy al tanto de ella, con mis conocimientos deseo apoyar la labor de mis profesores y quiero inspirar a los más  pequeños, para que así como yo lleguen a conquistar sus sueños. Eternamente estaré agradecida con Fundacoofisam y Coofisam, sé que con mis logros enalteceré la labor social que realizan en Garzón, y podré orientar la ruta de aquellos que están en su etapa de descubrimiento musical.